Plantas Pese a que la naturaleza parece descansar en época de invierno, hay plantas que se empeñan a florecer y desafiar el frío; tal es el caso de la Bergenia Crassifolia. Perteneciente a la familia Saxifragáceas, se trata de un ejemplar procedente de regiones siberianas. Lo más llamativo de esta especie es su floración invernal, por lo que se le atribuye el nombre de 'hortensia de invierno'. Su nombre también se debe a que en este tiempo no pierde sus tallos ni sus hojas. Es de larga duración y requiere muy bajo mantenimiento en jardín. Puede ser ideal para situarla en sombra o semisombra incluso también puede utilizarse para decorar interiores, capaz de crear un ambiente de tranquilidad y armonía para tu hogar. La composición de sus flores brillantes de color rosado, en forma de campanita, y sus anchas hojas verdes, grandes y lustrosas, ofrecen un contraste delicioso con un ligero toque aromático. En el exterior, esta peculiar planta de frío puede alcanzar hasta los 45 cm. de altura Un buen lugar para situarla Para un desarrollo equilibrado se aconseja cultivarla en el exterior. Lo más frecuente es ubicarla en el jardín en todas las estaciones del año, ya que no temen a bajas temperaturas. La fortaleza que la caracteriza permite soportar hasta los -7 ºC, pero puede perder su follaje a los -3 ºC. Sus anchas hojas de color verde brillante suelen enrojecer en época de otoño, pero con la llegada de la primavera comienzan a producir tallos y hojas. Es muy rústica y se adapta bien a diversos terrenos y exposiciones. Un cultivo 'todoterreno' Para que arraigue bien requiere suelos sueltos, ricos en nutrientes y fértiles, aunque se adapta a cualquier tipo de terreno, siempre y cuando, cuente con la humedad y el drenaje adecuado. La plantación será en semisombra, preferentemente, aunque también se puede cultivar en lugares con sol directo (en este caso, necesitaría más humedad). Si piensas plantar en el exterior, procura que sea siempre en un terreno húmedo, con una temperatura de cultivo entre 12 ºC y 15 ºC. Esta audaz perenne se puede tener en pequeñas macetas, incluso en el baño, ya que es completamente resistente a la humedad, el calor y temperaturas ligeramente elevadas; sólo ponle un buen abono y riégala cada semana (una o dos veces a lo sumo). Otro lugar adecuado para ellas es la cocina o cerca de una ventana. Durante los meses de frío, evita mojar excesivamente el sustrato y regar cuando las temperaturas sean muy bajas. Las plantas perennes tienen un período de descanso vegetativo de algunos meses, por lo que durante estos meses no es necesario regarlas tan a menudo. Es aconsejable ubicarla en un sitio lo más fresco posible y muy bien ventilado, ya que no resiste las altas temperaturas que puede llegar a producir la calefacción. A medida que se acerque la época de primavera y los termómetros suban, será necesario aumentar la humedad para conseguir que los ejemplares prosperen y florezcan. Por otra parte, si has optado por el exterior, sus hojas anchas y gruesas lucirán más atractivas en las cercanías de estanques, en bordes y esquinas de los macizos florales. Un mejor cuidado para sorprender La floración se da a finales de invierno y principios de primavera y, para que te sorpendas con flores más grandes, se recomienda retirar las hojas que se ubican justo debajo de la flor, en cuanto ésta empiece a abrirse. Para un mejor cuidado, se aconseja cortarle los tallos florales marchitos y posteriormente podar todos los que hayan florecido desde la parte más baja. Fácil reproducción Se desarrolla a partir de rizomas, y se pueden dividir en otoño para aligerar las matas demasiado grandes y espesas. La época de siembra es de octubre a noviembre o primavera. Puede darse su reproducción por esquejes o semillas.
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