Patios PINZADO Y REDUCCION DEL TAMAÑO DE LAS HOJAS

Patios

Se trata de mostrar los resultados obtenidos en varios prebonsai a la hora de defoliarlos para conseguir una reducción del tamaño de la hoja. Esto fue hace un mes. La defoliación es la acción de quitar una parte o la totalidad de las hojas de un bonsái o prebonsai. Se hace cortando por el peciolo para que unos días más tarde este caiga por sí mismo y no dañe la rama. Los resultados que se muestran son en este caso con un arce, un abedul y un bosque de hayas.

Este es un prebonsai de arce cuya historia está aquí: http://alfredobc.blogspot.com/2008/04/transplante-de-arce-de-vivero.html


A la hora del defoliado, en junio de 2008. Tras quitarle todas las hojas. Hay que decir que para hacer esto conviene que el arbol tenga un buen estado de salud, con un cepellón bien formado, bien vitaminado y asentado en su maceta.

Dos semanas después presentaba este aspecto, la hoja algo reducida de tamaño y más densidad de ramitas. Ha crecido con fuerza. Si el arbol está con salud puede repetirse el año proximo para volver a reducir de nuevo las hojas.


Vemos el menor tamaño de las hojas que unos meses antes.


Este es un abedul al cual planeo cambiarle el diseño de las ramas, pero que tiene las hojas muy grandes. En dos temporadas tiene que reducirse al menos a la mitad. http://alfredobc.blogspot.com/2007/06/abedul-de-palito-prebonsai.html


Tras el trabajo de defoliado.

Resultado 15 días después, las hojas han respondido muy bien a la reducción y los brotes de ramas han sido muchos. El abedul responde muy bien al defoliado, además los nuevos brotes de hojas salen muy rápido.


Bosque de hayas: http://alfredobc.blogspot.com/2007/06/bosque-de-hayas-evolucin.html
Le había descuidado mucho y necesitaba una reducción del tamaño de las hojas.


Tras un largo y cuidadoso defoliado …….



Y en 3 semanas, este es el resultado. Las hojas han vuelto a salir muy fuertes. El bosque llevaba 2 años en esa maceta y estaba muy fuerte.



Detalle de las hojas nuevas con su ostensible reducción.

El defoliado es una técnica que puede ser peligrosa para el arbol si este no tiene la suficiente fuerza y no ha sido cultivado con cuidado, vigilando la consecución de un pan de raices grande, fertilizándolo abundantemente, regando lo necesario y dedicándole las horas de sol adecuadas.

Jardin Crocus serotinus Salisb.

Jardin Azafrán silvestre

Esta especie de azafrán (C.serotinus subsp. Salzmannii )es la más común que nos podemos encontrar por las montañas béticas del sur de España, ya que la otra especie también probable C.nevadensis es más rara y tiene un área de distribución más restringida.
Se distinguen de su congénere el azafrán cultivado en poseer el estigma más corto y más ramificado , no alcanzando el borde de la flor.

Se trata de un endemismo Ibérico y del noroeste de África.


Pedregal de montaña a unos 1200 metros de altitud en las Sierras Subbéticas Cordobesas.

Planta Plantas anuales: Clavelon o clavel moro

Planta

  • Es parecido al clavel turco pero más grande
  • Nombre científico o latino: Tagetes erecta
  • Nombre común o vulgar: Tagete, Clavel de moro, Clavelón africano, Clavelón de la India, Clavelón, Claveles de las Indias, Rosa de la India, Clavel chino, Damasquino, Damasquina, Clavel de China, Clavel turco.
  • Familia: Compositae (Compuestas).
  • Origen: México.
  • Planta anual.
  • Altura: crece hasta 30 cm.
  • Las hojas son opuestas, pennadas, subdivididas en segmentos lanceolados o dentados y ciliados.
  • Su floración es espectacular, con grandes inflorescencias de color amarillo o naranja.
  • Floración: de verano a finales de otoño pero en climas cálidos se alarga durante todo el invierno.
  • Para que luzca todo su esplendor, plántelas en macizos, separadas entre 20 y 30 cm. Apta para macetas.
  • Luz: a pleno sol. No tolera la sombra intensa.
  • Se adapta muy bien a la costa marítima.
  • Suelo: se adapta bien a cualquier terreno.
  • Riego regular, no copioso, aproximadamente tres veces a la semana.
  • Al ser una planta con un largo período de floración, se recomienda eliminar los tallos marchitos y las flores secas para favorecer su crecimiento.
  • Plagas: con exceso de sol se puede llenar de arañitas rojas (ácaros). Combata con acaricidas. Puede verse afectada por caracoles y babosas.
  • Multiplicación: mediante semillas al final del invierno.
  • Plagas y enfermedades de Tagetes.
  • ENFERMEDADES.
  • MANCHAS EN LAS HOJAS. Varios hongos como Septoria, Alternaria o Cercospora. Las alternarias son negruzcas, redondeadas. Las Cercosporas son pequeñas, circulares, con el borde rojizo y el centro grisáceo que más tarde se oscurece al formarse las esporas.
  • MARCHITEZ O PUDRICIÓN DEL TALLO. El hongo Phytophthora infecta raíces y la base de tallo y originan su marchitez y muerte. Tallos color pardo en la parte baja. Arrancar y quemar las plantas atacadas. Se debe cambiar o desinfectar la tierra antes de replantar. Evitar el exceso de materia orgánica y el abuso de riego.
  • PODREDUMBRE DE LAS RAICES. Pudrición del cuello y raíces debido a distintos hongos del suelo, especialmente cuando está rica en materia orgánica. Rhizoctonia, Pythium y Sclerotium.
  • MOHO GRIS. En tiempo lluvioso se desarrolla sobre las flores el hongo Botrytis cinerea, marchitándolo y pudriéndolo. Arrancar y destruir las primeras flores atacadas. Al principio de la invasión, puede fumigarse.
  • VIROSIS. Sobre los Tagetes también se han registrado virus. Quemar porque no tiene cura.
  • PLAGAS. ÁCAROS. A los Tagetes también le atacan un diminuto Ácaro llamado Steneotarsonemus pallidus.
  • MOSQUITO VERDE. Hacen que las hojas se abarquillen y además los extremos de los brotes y las hojas nuevas amarillean y se caen. Se puede combatir con insecticida.
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Flores Plantas anuales: Cinerarias

Flores

  • Parecida a la margarita, pero más pequeña esta planta nos deleita con una amplia gama de colores para el jardín
  • Nombre científico o latino: Senecio cruentus
  • Sinónimo: Cineraria hybrida
  • Nombre común o vulgar: Cineraria híbrida, Cineraria con flor.
  • Familia: Compositae.
  • Origen: Islas Canarias.
  • El Senecio cruentus es una planta de porte bajo (20-40 cm), herbácea y anual, con una estructura sencilla constituida por un tallo central corto y ramificado.
  • Las hojas, muy suaves al tacto, presenta una forma acorazonada, bordes aserrados y de color verde oscuro, son ligeramente tomentosas (recubietrtas de una fina pelusa).
  • Desde finales de invierno y durante toda la primavera, aparecen abuntantes inflorescencias que se asemejan a margaritas de colores variables (blanco, rosa, azul y violeta).
  • En esta época las flores puede llegar a cubrir buena parte de las hojas, ofreciendo un aspecto compacto que constituye un autentico espectaculo de colores.
  • Las variedades que podemos encontrar son muy numerosas.
  • Usos: se cultiva más como planta de interior por la belleza de sus flores. Magníficos grupos al aire libre.
  • Luz: a semisombra. Evitar la exposición a la luz solar directa.
  • Temperaturas: resistencia al frío muy escasa; se producen daños con menos de 10°C.
  • Resistente al exterior en verano en zonas cálidas pero necesita invernadero para evitar las heladas.
  • Humedad ambiente: prefiere atmósfera húmeda.
  • Se han de pulverizar con frecuencia las inmediaciones de la meceta, procurando que el agua no caiga directamente sobre las flores.
  • Debe colocarse en lugar fresco y ventilado, y controlar que no le de el sol directo para que duren más tiempo sus flores.
  • Suelo bien drenado. El exceso de agua conduce a la pudrición o a la floración escasa.
  • Regar diariamente durante la floración.
  • Abonado: añadiendo un fertilizante liquido cada 2 semanas en flor.
  • Plagas: vulnerable a los ataques de pulgon, mosca blanca y minadores de las hojas. En ambientes muy humedos, la brotitis (hongo) asociado a las pobredumbres, causa autenticos desastres.
  • Multiplicación por semillas.
  • Época de siembra: final de verano-otoño. Germinación en 8-10 días a 22-24ºC.
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Planta Hierbas arómaticas: Cultivo de Romero

Planta

  • Nombre científico o latino: Rosmarinus officinalis
  • Nombre común o vulgar: Romero, Romeo, Rosmarino
  • Familia: Labiatae (Labiadas).
  • Origen: Región mediterránea.
  • Etimología: el nombre viene del latín ros (rocío) y marinus (marino), por su perfume y el hecho de habitar en los acantilados costeros.
  • Arbusto leñoso y perenne que puede alcanzar los 2 m de altura.
  • Hojas aromáticas, oscuras por el dorso y plateadas por el revéz.
  • Las flores son de color azul pálido, y nacen a mediados de verano en el encuentro de las hojas con el tallo.
  • Además de como planta aromatizante, es utilizada para borduras y setos de pequeño tamaño. Las hojas secas se incluyen en las mezclas para popurrís.
  • Está indicado para las afecciones hepáticas y digestivas, propiedades que también posee la miel de romero. Tiene propiedades estimulantes, antiespasmódicas, diuréticas, vulnerarías y desinfectantes, Es un buen colagogo, es decir, activa la secreción biliar. Se emplea en estados de agotamiento y para desinfectar.
  • CULTIVO:
  • Una mata de romero, bien desarrollada, es suficiente para las necesidades de una familia.
  • Es fácil su cultivo en tiesto si éste es suficientemente grande.
  • Plantarlo en lugar protegido contra un muro o en una maceta grande que se pueda trasladar al interior o al invernadero durante el invierno si es un clima frío con heladas fuertes.
  • No es muy exigente: sólo necesita sol y suelos secos.
  • Crece muy bien en terrenos sueltos, calcáreos y ricos en humus.
  • Se puede reproducir por semillas, aunque es un método largo y complicado ya que necesitan buenas condiciones, germinando a las cuatro semanas.
  • Es preferible utilizar esquejes, que se cortan en verano. Se colocan en tierra arenosa, manteniéndose húmedos hasta que echen raíces. Después se plantan en hileras a 50 cm de distancia unas de otras y entre plantas.
  • Plagas: pulgones, psilas y ácaros.
  • RECOLECCIÓN
  • Para el uso directo, se cortan los tallos tiernos durante todo el año.
  • Para obtener la esencia de romero se cortan los tallos durante o después de la floración, y se secan inmediatamente para que no pierdan el aroma.
  • El aceite se obtiene por destilación con vapor de agua, La temperatura de secado de las hojas no debe sobrepasar los 35ºC.
  • Nunca se debe cortar más de la cuarta parte de la mata, pues se debilitaría demasiado, y no sobreviviría al corte.
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Especiales Plantas: Hedera

Especiales Aunque lo más común es que nos encontremos a la hiedra como planta de exterior, existen algunas variedades de la misma familia que son empleadas como especie de interior de medidas mucho más reducidas. Éste es el caso de la hedera, bastante fácil de cuidar y de alto valor ornamental. Originaria de Europa, es frecuente encontrarla también en el norte de África y, desde la India hasta Japón, en Asia. Existen muchas variedades, pero distinguiremos principalmente entre las de hojas completamente verdes y las que las tienen manchadas en blanco o en amarillo. ¿Cómo son? Pertenecen a la familia de las araliáceas y sólo tienen siete especies, de las cuales, dos son las comúnmente empleadas para interior; las Hederas Helix, con numerosas variedades y las Hederas Canariensis. La primera de ellas muestra variaciones en cuanto al tamaño de las hojas, su forma y colorido, así podemos encontrar desde hojas con simple forma de escudo, hasta originales formas estrelladas, con la hoja completamente verde. La segunda presenta hojas de mayor tamaño y con una gama cromática más amplia. Su desarrollo es bastante rápido, llegando a alcanzar los 60 cm. de longitud. Las especies de interior nunca florecen, el resto lo hacen en primavera. Se multiplican mediante esquejes de forma muy sencilla. Lo ideal es colocarlos directamente en la maceta que los queramos cultivar, para evitar pérdidas en el trasplante. Bastará con coger tallos de 10 ó 15 cm. de los extremos y clavarlos en turba húmeda. Lo mejor es poner dos o tres en cada maceta y pulverizarlos a menudo a una temperatura de 20 ºC. No olvidar algunos cuidados básicos Lo mejor es situar la hedera en un lugar con luz indirecta. Resiste bien la sombra, aunque, en este caso, las hojas jaspeadas perderán su color y serán completamente verdes. Asimismo, los rayos de sol directo pueden dejar a la planta descolorida. El ambiente debe ser fresco, con una temperatura que oscile entre los 14 y los 18 ºC, aunque se adapta bastante bien a situaciones adversas. En invierno es conveniente no colocarla muy cerca de los radiadores, ya que no aguanta bien el calor tan directo. Si la tenemos en un lugar con calefacción, intentaremos que el ambiente de la habitación sea húmedo, para ello podemos pulverizar la planta. Durante los meses de verano realizaremos esta acción con bastante frecuencia, al menos dos veces por semana. Una buena alternativa será poner la planta sobre un cuenco con guijarros mojados. Como ya le suministramos agua mediante el pulverizado, no será necesario regarla en exceso, será suficiente con hacerlo una vez a la semana durante el invierno y dos veces a la semana en el verano. Mejorando su aspecto físico Esta especie tiene un crecimiento bastante libre. Para adecuar su forma a nuestro gusto personal, la podaremos una o dos veces al año, así conseguiremos, además, mantener los tallos fuertes y que la planta sea más compacta y densa. La estación más adecuada para hacerlo será a finales de verano o aprovechando el cambio de maceta. Este acto se realizará durante la primavera, siempre y cuando la hedera tenga más de dos años. Lo ideal es que llegado el momento pasemos nuestra planta a una maceta mayor, aunque si las dimensiones de ésta no nos lo permiten, será suficiente con sustituir 2 cm. de tierra superficial por sustrato fresco. Será bueno que la abonemos cada 15 días durante los meses de primavera y verano, con un fertilizante disuelto en el agua de riego. Las plantas también se ponen enfermas Aunque esta especie se mantiene sana fácilmente, puede sufrir algunos trastornos a los que debemos prestar atención: * Si sus hojas se presentan pálidas en verano, puede deberse a la exposición directa de los rayos del sol. Para solucionarlo lo mejor es cambiarlas de sitio. * Cuando se presentan secas y arrugadas es por el exceso de calor y sequedad. En este caso, deberemos llevarla a una habitación fresca y aumentar su humedad. * Si el jaspeado de sus hojas se vuelve totalmente verde, será debido a la falta de luz o el exceso de abono. * Un gran aporte de agua puede hacer que las hojas se pongan negras, en este caso hay que dejar que la tierra se seque entre los distintos riegos. Algunas enfermedades: * La Xanthomonas hederae es una bacteria que se presenta principalmente bajo dos formas; con manchas en las hojas, y con depresiones en el tallo. * Esta enfermedad, que puede ir acompañada o seguida de hongos que producen manchas en las hojas, es conocida como Antracnosis. En caso de que nuestra planta la padezca, evitaremos mojar el follaje. * La negrilla es un hongo de color negro que se asienta sobre la melaza que excretan las cochinillas y los pulgones. Si eliminamos estos dos parásitos, no aparecerá. Las plagas más comunes son: * Pulgones: deforman los brotes nuevos y quedan brillantes por el líquido azucarado que producen los insectos. Las pulverizaciones con agua jabonosa serán eficaces como ahuyentador. * Araña roja: se manifiesta en hojas amarillentas que tienen finos hilos a modo de telaraña por la cara de atrás. Será bueno aplicar acaricida cada 15 días hasta que esté limpia. * Cochinillas: chupan la savia de las hojas haciendo que se decoloren, se deformen y amarilleen, provocando su posterior caída. * Trips: pequeños insectos que producen con su picadura la aparición de manchas plateadas en las hojas. Otros usos de la hedera Se le han atribuido propiedades medicinales, y muchos centros de belleza utilizan sus extractos en la elaboración de cremas para reducir la celulitis. Tiene un probado efecto antitusígeno y expectorante, aunque su alta toxicidad hace de ella un remedio peligroso. Por vía externa, la decocción de sus hojas sirve para aliviar dolores reumáticos o neurálgicos, con efecto analgésico. Tiene propiedades antiespasmódicas, sobre todo a nivel bronquial, vasoconstrictoras, anticoagulantes, expectorantes y antibióticas. Si sigues estos consejos y prestas atenciones a las modificaciones de tu planta, podrás conservar la hedera durante muchos años.

Novedades Abono para el Bonsái

Novedades Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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